José María Cantilo nace en Buenos Aires, el 14 de diciembre de 1816. Cursa sus primeros estudios en Buenos Aires, con orientación hacia las ciencias químicas. Se exilió en Montevideo y abrió una farmacia. Participa en las filas de la Legión Argentina durante el sitio de la Plaza de Montevideo. Comienza a dedicarse a la literatura y al periodismo. Escribe en el diario El Comercio del Plata, fundado por Florencio Varela, hasta la caída de Rosas. Funda varios periódicos, entre los que podemos mencionar: El Siglo, El Correo del Domingo, y la Verdad. Colabora además, con El Nacional, El Talismán, El Tirteo, y El Caduceo. Firma con el seudónimo de Bruno y Bruto. Vuelve a Buenos Aires donde desempeña algunos cargos: secretario del Dr. Dalmacio Vélez Sársfield; diputado provincial; miembro de la Convención del Estado de Buenos Aires (1860). Es uno de los once diputados no incorporados al Congreso de Paraná. Entre 1861 y 1862 toma el cargo de subsecretario del Ministerio de Gobierno; vocal del Crédito Público Nacional (1863-1864) y diputado en su primer periodo de 1862 a 1866. En sesión ordinaria del 18 de mayo de 1864 podemos observar “respecto al diploma del Señor Emilio Conesa, José María Cantilo considera que debe ser tratada en el momento, por haber sido aprobadas las elecciones de la Provincia de Buenos Aires sin dificultad alguna. Es aprobado el diploma en general y en particular por mayoría”. Es además, miembro de la comisión sanitaria de la Guerra del Paraguay (1865-1868); y uno de los organizadores de la Comisión Popular, en la terrible epidemia de fiebre amarilla que azotó a Buenos Aires en 1871. En el mundo de las letras, escribe numerosas poesías, además, estudia las obras de constitucionalistas americanos, entre ellos, El Federalista de Hamilton. Vuelve a ser diputado en 1872, fallece desempeñando esa función el 16 de agosto de ese mismo año. Despidieron sus restos con floridos discursos, el doctor Francisco de Elizalde, en nombre de la Comisión que representó a la Cámara de Diputados.