Cambaceres, Eugenio
Buenos Aires  1843
Buenos Aires  1889
PROFESIONES: Jurisconsulto, Escritor
CARGOS:
Diputado (1873 - 1876)
DISTRITO:
Buenos Aires
Actas y Diplomas:
Proyecto de decreto de una comisión especial o de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento. Acta judicial del resultado electoral o Acta de la sesión de la Legislatura provincial. Nota girada a esta Cámara por la Legislatura provincial. Nota girada a esta Cámara por el Poder Ejecutivo Nacional por la cual informa que tomó conocimiento de la elección
Diputado (1876 - 1880)
DISTRITO:
Buenos Aires
Actas y Diplomas:
Decreto de una comisión especial o de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento. Acta judicial del resultado electoral o Acta de la sesión de la Legislatura provincial. Nota girada a esta Cámara por el Poder Ejecutivo Nacional por la cual informa que tomó conocimiento de la elección
Reemplazos:
Reemplazado por TERRY, JOSE A.
Renuncias:
Renunció el 12/05/1876
BIOGRAFÍA
Eugenio Cambaceres nace en Buenos Aires, en 1873. Cursa sus estudios secundarios en el Colegio Nacional. Se gradúa de doctor en jurisprudencia en la Facultad de Derecho de Buenos Aires en 1869, con una tesis sobre "Utilidad, valor y precio". Durante algún tiempo se dedica a practicar su profesión. Participa en política, y en 1870 es electo diputado por la Legislatura de Buenos Aires. En 1871 integra la Convención Constituyente de Buenos Aires, provocando un gran debate al presentar un proyecto que expresamente abordaba la separación de la Iglesia y el Estado. Manifestando que: “El Estado no tiene religión, no costea culto alguno”, lo que se tradujo en un fracaso para la mentalidad de la época. Electo diputado nacional en 1873, genera una nueva discusión cuando se levanta contra su propio partido para denunciar el fraude electoral provocado por el levantamiento mitrista. En el parlamento es un acérrimo defensor de la libertad y la pureza del sufragio. Su discurso del 20 de julio de 1874 es considerado una pieza fundamental por su serenidad e intención. Reelecto nuevamente, en 1876, renuncia a la banca el 12 de mayo de ese mismo año, para dedicarse a las letras. Comienza una prolífica actividad literaria, primero como colaborador en el diario "Sud América", donde firma con el seudónimo de Lorenzo Díaz. En 1881 publica la primera edición de "Pot-pourri", que tiene como subtítulo "Silbidos de un vago". En esta obra, al más puro estilo naturalista de Emile Zola, retrata con humorismo dentro del género satírico, algunos pasajes autobiográficos y de la cosmovisión de la época. Representante de la “Generación del 80”, pasó varias temporadas en París, como acostumbraran los intelectuales de su tiempo. Escribe su segunda novela "Música sentimental", en 1884. Un año después, publica "Sin rumbo", novela que aborda una mirada del campo porteño. Posteriormente publica "En la sangre", siguiendo el mismo estilo, done describe lugares, tipos y costumbres de Buenos Aires. Estos cuatro libros tuvieron éxito, también provocaron algunas polémicas en la prensa, y fueron publicados en París. Algunos autores afirman que murió en París, sin embargo Vicente Cutolo sostiene que falleció en Buenos Aires, el 14 de junio de 1889, por causa de una tuberculosis pulmonar. Lo curioso es que en los diarios de la época no hay información sobre su muerte. José Luis Lanuza lo describe muy bien “Fue político de ideas liberales, muy frecuentador de la ópera, el club y de las reuniones sociales. Conocedor de los ambientes populares y burgueses tanto de Buenos Aires como de París, conversador ameno e infatigable en reuniones y sobremesas, escéptico en política, o por lo menos desencantado de la imperfecta democracia en que le tocaba actuar; desacomodado con su época, en la que la sociabilidad argentina se transformaba económica y étnicamente por el repentino y tal vez excesivo aluvión inmigratorio; desasosegado espiritualmente, por la falta de un fuerte ideal que rigiera su vida. Incapaz, al mismo tiempo, de un esfuerzo sostenido que le permitiera adoptar definitivamente su condición de escritor, volcó su personalidad en sucesivas confesiones o desahogos personales, en los que la falta de oficio no deja de agregar cierto encanto a su prosa espontánea”.