Julio Campos nace en Buenos Aires, el 1 de julio de 1834. Estudia en el convento de los franciscanos. En 1852 ingresa al ejército e interviene en la revolución del 11 de septiembre. Asiste al sitio de Buenos Aires bajo el mando del comandante Rivas, quien lo honra con una mención especial por su desempeño en el cantón 7 de Diciembre. Solicita la baja en el ejército para estudiar jurisprudencia en el Universidad de Buenos Aires. Vuelve nuevamente a las armas en 1858, se incorpora a las Guardias Nacionales de infantería de Buenos Aires, obteniendo el cargo de teniente 1° en el campo de Cepeda. En la batalla de Pavón es ascendido a Capitán. En 1862 con el batallón 6 de infantería es enviado a La Rioja para combatir a las fuerzas federales de Juan Gregorio Puebla. Participa en las batallas de Mal Paso, Lomas Blancas, y Las Playas. La Cámara Legislativa y el colegio electoral lo designan por unanimidad gobernador de La Rioja. Libra el combate de Pango contra las montoneras de Aurelio Zalazar. Participa activamente en la Guerra del Paraguay, después de las acciones de Paso de la Patria y la toma de Itapirú es ascendido a teniente coronel, alcanzando el grado de coronel en 1866. Interviene en la frontera, en la Costa Sur de la Provincia de Buenos Aires. A partir de 1870 emprende una destacada participación política desempañando varios cargos públicos: banca en la legislatura de Buenos Aires; banca en la Cámara de Diputados; Subprefecto de la isla Martín García; presidente del Banco de la Provincia Buenos Aires. En 1880 se destaca por su participación en el combate de Barracas. En sesión ordinaria del 24 de mayo de 1876, se observa la solicitud de Campos para seguir desempeñando el empleo de Jefe Superior de la Isla Martín García. “La comisión de Negocios Constitucionales dictamina otorgar permiso a Campos para seguir desempeñando el empleo de Jefe Superior de Martín García. Cané funda su voto en contra”. Al estallar la revolución del Parque en 1890, acude nuevamente a las armas, muere al pie de la batería denominada “Batería de la Muerte” en el cruce de Viamonte y Talcahuano, por una “bala que le atraviesa el corazón”. En una carta que Mitre le escribe al general Campos dice: “Él ha muerto a la sombra de su tradicional bandera y de su sangre generosamente ofrecida y derramada, no ha sido estéril”. Julio Campos usó el poncho de seda herencia de su padre, que había utilizado Lavalle en 1841 y posteriormente Mitre en la Campaña del Paraguay. En la actualidad el poncho se encuentra en el Museo de Luján.