Unificación de la deuda externa. El caso Roca - Pellegrini

Por: Graciela Fernández
03 de Agosto de 2015

Y voy demostrar también, señor Presidente, como lo prometí, cuál es ese origen y cuál es el verdadero propósito de este proyecto, que se ha llamado de unificación de la deuda. 

(Carlos Pellegrini, 1895)

La deuda externa ha sido sin duda un tema controversial de la historia argentina. Hemos pasado de períodos de grandes endeudamientos a períodos en los que la deuda descendió considerablemente, y esto ha estado vinculado fundamentalmente con decisiones políticas de gobierno de mayor o menor defensa de la soberanía nacional.

El objetivo de este artículo es analizar cómo la definición de una política económica, puede derivar, a posteriori, en una ruptura político partidaria y en una nueva configuración política.

En 1901 el presidente Julio Argentino Roca envía un proyecto al Congreso Nacional  que plantea la unificación de la deuda pública. Este proyecto logra la media sanción del Senado, pero cuando pasa a la Cámara de Diputados Roca decide retirarlo debido a la oposición, primero de la prensa, y luego la expresada  por algunos círculos opositores. Finalmente, el proyecto es retirado del Congreso sin el acuerdo de Carlos Pellegrini, máximo defensor de la propuesta y aliado de Roca hasta ese momento.

Roca-Pellegrini: una alianza que se rompe

Durante los primeros días de julio de 1901 la alianza política entre Carlos Pellegrini y Julio Argentino Roca comienza a resquebrajarse. En su segunda Presidencia Roca envía al Congreso un proyecto de ley de unificación de la deuda externa argentina, conformado por un empréstito único de 453 millones de pesos oro. Carlos Pellegrini es quien redacta el proyecto estipulando un 4 por ciento de interés anual y un 0,5 por ciento de amortización, asegurando el pago de la deuda  por medio de las rentas aduaneras.

El proyecto obtiene la media sanción del Senado, pero cuando pasa a la Cámara de Diputados  recibe una serie de protestas y manifestaciones de la oposición, sobre todo de la prensa, por medio de los periódicos La Prensa y La Nación, autodenominados independientes.

El 4 de julio, en sesión extraordinaria, el Parlamento  declara el estado de sitio en el país. La solicitud fue realizada por Roca con el  argumento de que el orden púbico se hallaba en situación de peligro.

La Comisión de Negocios Constitucionales remite el proyecto de Ley por el cual se declara el estado de sitio en todo el territorio de la República. Presentes los Ministros del Interior, de Relaciones Exteriores, Agricultura, Guerra y Marina. [1]

Así, las manifestaciones en la calle habían hecho declinar el proyecto de unificación de deuda externa elaborado por Roca, aunque esta no sería  la única causa. Indudablemente habrían sido una serie de factores los que coadyuvaron para que el proyecto de unificación no prosperara.

Pero tras una serie de artículos periodísticos y manifestaciones opositoras, Roca retiró el proyecto sin consultar a Pellegrini. Esto enojó notablemente a Pellegrini y lo alejó definitivamente de la política roquista, con la que mantenía profundas diferencias políticas por la permanente negativa del conquistador del desierto a discutir siquiera la posibilidad de una nueva ley electoral que pusiera fin al fraude. 

(Pigna, 2014)

La historiadora Inés Rojkind, en un ensayo titulado: “Prensa, manifestaciones y oposición política. La protesta contra la unificación de la deuda en julio de 1901” reconstruye y analiza el papel  desempeñado  por la prensa, no sólo en el origen, sino también en el devenir de la movilización ocasionada por el rechazo a dicho proyecto.

Ciertamente fueron varios los que entonces acusaron a algunos importantes periódicos de haber promovido el desborde popular con su prédica opositora. A su vez, desde el otro lado, se alzaron voces contra la obsecuencia de los órganos del oficialismo, empeñados en defender una medida que se creía lesiva para los intereses nacionales. Lo que resulta claro es que los medios en ningún caso fueron meros testigos o cronistas de lo ocurrido. Junto con las disputas libradas en las calles, hubo también batallas discursivas desplegadas en las páginas periodísticas. Las publicaciones construyeron diversas –y contrapuestas– versiones de los hechos, elaboraron interpretaciones y emitieron juicios acerca de los manifestantes y de sus motivos. Más aún, los diarios (sus edificios) se convirtieron en objeto de la simpatía o de la ira de la multitud. 

(Rojkind, 2006)

Rojkind divide su trabajo en dos partes. Por un lado describe los hechos, y por otro, realiza una interpretación de los relatos que se hicieron a partir de los acontecimientos, y de cómo esos relatos, sobre todo de los diarios La Nación y La Prensa, influyeron fuertemente en la toma de decisiones políticas que echaron por tierra el proyecto de unificación de la deuda.

En 1890 y debido a una fuerte crisis económica el pago de la deuda externa fue suspendido. Varios fueron los factores que  determinaron esta  suspensión. El comercio exterior cayó en casi un 50 por ciento, los Derechos de Aduana se depreciaron en un 200 por ciento, lo cual dio como resultado una considerable disminución de la renta nacional. El comienzo del nuevo siglo encuentra a Argentina en otra situación. La balanza comercial se había equilibrado debido al aumento de las exportaciones.

En 1901 Carlos Pellegrini viaja a Londres para gestionar el plan de unificación de la deuda, con el consentimiento de los banqueros logra un acuerdo. De regreso en la Argentina presenta el proyecto diseñado por Enrique Berduc, entonces Ministro de Hacienda, y logra que el proyecto reciba la media sanción del Senado. Cuando el proyecto pasa a la Cámara de Diputados se suscitan algunas manifestaciones en contra, las cuales van tomando más fuerza en las calles. Los estudiantes universitarios toman la iniciativa en la oposición al proyecto, influenciados fuertemente por José Antonio Terry, quien había sido Ministro de Hacienda de los gobiernos de Sáenz Peña, Roca y Quintana. Terry realiza una exposición en la Facultad de Derecho en la que expone sus argumentos   en contra  del proyecto enviado por el gobierno.

Los argumentos esgrimidos por el profesor convalidaban las denuncias de la prensa. La transacción convenida en Londres era técnicamente deficiente y manchaba, asimismo, la reputación internacional de un país. Un “estremecimiento de indignación” recorrió a los asistentes cuando el orador agitó el fantasma de una intervención armada de los gobiernos acreedores. 

(Rojkind, 2006)

Los estudiantes se movilizan y entregan un petitorio a los legisladores solicitando  el retiro del proyecto. Los diarios oficialistas La Tribuna y El País son blanco de agresiones. Lo mismo sucede  con las  residencias de Roca y Pellegrini. Los disturbios continúan en Plaza de Mayo, donde se congregan unas dos mil personas, entre ellas  muchos estudiantes.  Esta serie de acontecimientos, que comienza el 1 de julio, culmina con la decisión de declarar el estado de sitio en el país.

Tras estos sucesos  Roca decide  retirar el proyecto  y no le comunica su decisión a Pellegrini.  Esto provoca que Pellegrini decida romper una alianza política que los había unido por mucho tiempo.

El mitrismo desató una oposición general que alcanzó grandes proporciones en la Capital. Pellegrini, gestor y defensor del proyecto de unificación en el Senado, empeñó todo su esfuerzo para obtener su aprobación parlamentaria, a pedido de Roca. Sin embargo, cuando el presidente midió la importancia de los tumultos –de tal gravedad que decretó el estado de sitio– retiró del Senado el pliego del proyecto y dejó a Pellegrini en incómoda situación. Esto ocasionó la ruptura política entre ambos y la definitiva fisura del viejo Partido Autonomista Nacional.                                                                                       

(Ramos, 2006)

Estos hechos producirían la fractura del Partido Autonomista Nacional. Por un lado, quedarían los autonomistas nacionales o roquistas y por el otro, los autonomistas (a secas) o pellegrinistas, críticos del sistema electoral y más cerca de los movimientos anarquistas, radicales y populares. Vale decir que dentro del conservadurismo los pellegrinistas conformaban un colectivo en el que también se alistaban otras fuerzas políticas, influenciadas por los flujos inmigratorios de Europa, como los anarquistas y los socialistas.

En este marco el ala reformista de los pellegrinistas abogaba, sobre todo, por una reforma electoral que terminara con el fraude.

La tapa de la Revista Caras y Caretas del 5 de marzo de 1904 presenta una sutil parodia de una supuesta clase de nefrología en la que Carlos Pellegrini muestra, en base a la forma del cráneo de Julio A. Roca, sus desmedidas ambiciones de poder, lo que se reflejará en la campaña política, y en las prácticas fraudulentas de las elecciones de ese mismo año.

Fue creciendo entre los miembros más lúcidos de la élite la idea de realizar cambios institucionales a nivel político, frente a la amenaza que representaban los levantamientos radicales y la aparición de otras fuerza opositoras fuera de control. Surgió así en el marco de esa oligarquía un sector reformista, encabezado por José Figueroa Alcorta y Roque Sáenz Peña, que sentaría las bases para esa reforma electoral.

(Rapoport, 2010)

La reforma electoral es el resultado del advenimiento de otras fuerzas sociales enmarcadas y representadas por la inmigración europea, gestándose de esta manera una nueva cosmovisión y práctica política.

Reflexión final

A partir de un acontecimiento en el orden de lo económico podemos reflexionar sobre determinados aspectos que confluyen en una multiplicidad de factores. Por un lado la cuestión económica, por el otro, la importancia de la prensa para influir en los discursos políticos y en las prácticas sociales; y un tercer aspecto, que a mí entender es el más profundo, y que tiene que ver con el modelo de país que se quiere construir.

La ruptura política de la alianza Roca-Pellegrini es el detonante de una nueva configuración política demarcada por el choque de fuerzas entre el viejo conservadurismo oligárquico, que apuesta a un país con una economía basada en el modelo agroexportador, integrando así la división internacional del trabajo y otro modelo, basado en el desarrollo de una industria nacional y por ende de una política de corte proteccionista.

En ese marco, las grandes contiendas discursivas en el Parlamento se ciernen sobre dos conceptos: librecambio-proteccionismo. Carlos Pellegrini se encuentra entre los que defienden la formación de una política de industrialización,

Si el libre cambio desarrolla la industria que ha adquirido cierto vigor y le permite alcanzar todo el esplendor posible, el libre cambio mata la industria naciente. La agricultura y la ganadería son dos grandes industrias fundamentales; pero ninguna nación de la tierra ha alcanzado la cumbre de su desarrollo económico con sólo estas industrias. Las industrias que las han llevado al máximun de poder son la industria fabril, y la industria fabril es la primera en mérito y la última que se alcanza, porque ella es la más alta expresión del progreso industrial.

(Carlos Pellegrini, Congreso Nacional)

Pellegrini integra la corriente proteccionista. Admira el modelo norteamericano, hace una crítica expresa al modelo económico argentino, que era totalmente contrario al estadounidense, un modelo proteccionista que sólo importa productos cuando se ve imposibilitado por deficiencias tecnológicas. Debemos tener en cuenta que durante su mandato Pellegrini logra que se cree la Caja de Conversión, encargada de centralizar la emisión de moneda y por otro lado, siendo Presidente crea el Banco de la Nación Argentina, con el objeto expreso de promover la inversión y la industria.

En este sentido Pellegrini representa un ala reformista, que en muchos sentidos se opone al pensamiento hegemónico de la época. Es un defensor de la soberanía, de los recursos nacionales, promotor de la industria, defensor de los derechos de la mujer, de la igualdad política, la libertad de elección, y la igualdad de posibilidades. Un liberal, en el sentido ideológico y político, y un proteccionista en el tema económico.

La fractura del PAN es un punto de inflexión en los nuevos cambios políticos que se avecinan, una demanda que se refleja en las calles con nuevos actores, nuevos reclamos, en definitiva, una mayor representatividad que redunda en la búsqueda y puesta en vigencia de prácticas políticas transparentes.  Atrás queda la idea decimonónica, con resabios de un sistema político anclado en las oligarquías terratenientes, y comienza a emerger una burguesía con mirada nacionalista y soberana.

Pellegrini no logró ver en 1912 la ampliación de derechos ciudadanos  a través del voto secreto, y obligatorio. Lo de universal no es muy fácil de admitir cuando todavía las mujeres no votaban. Tampoco vio el cambio de fuerzas que sobrevendría a partir del gobierno de Hipólito Yrigoyen. Podríamos inferir que Pellegrini representó esa transición entre la vieja política y una nueva concepción que se conjugaba a partir de nuevos actores, en una nueva configuración de fuerzas.

Hoy pareciera que las viejas batallas discursivas siguen tan vigentes como hace más de cien años, vale decir, defensa de la soberanía económica versus dependencia económica inserta en el neoliberalismo más descarnado. Es que en realidad lo que se está debatiendo es la misma idea de aquellos años, es decir, qué modelo de país queremos construir.

Bibliografía

Discurso de Carlos Pellegrini sobre el proyecto de unificación de la deuda de Nación. Diciembre de 1895. Senado de la Nación. Disponible en: http://www.fundacionpellegrini.org.ar/material.htm#unificacion.

Pigna, Felipe. Carlos Pellegrini. Disponible en:

http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/p/pellegrini.php

Ramos, Jorge Abelardo (2006): Revolución y contrarrevolución en la Argentina, Buenos Aires, Senado de la Nación. 4 V.

Rapoport, Mario (2010): Historia económica política y social de la Argentina (1880-2003), Buenos Aires, Emecé.

Rojking, Inés (2006): “Prensa, Manifestaciones y Oposición Política. La Protesta contra la Unificación de la Deuda en Julio de 1901” en: Estudios Sociales, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe.

 


[1] Actas de Sesiones de 1901. Cámara de Diputados de la Nación.