Los nazis en la Argentina. Archivos de la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas de la Cámara de Diputados de La Nación

Por: Cecilia Pino
10 de Marzo de 2015

La Dirección de Archivo, Museo y Publicaciones de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación preserva físicamente los archivos que dan cuenta de toda la actividad desarrollada por la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas que funcionó en esta instancia legislativa entre los años 1941 y 1943. Esta Comisión tuvo como objetivo principal investigar las actividades nazis en el territorio nacional y sus conclusiones permitieron desbaratar una red económica y cultural que tuvo como epicentro a la embajada alemana en nuestro país.         

42 cajas de conservación de expedientes componen este material, actualmente en proceso de digitalización, que constituye un registro pormenorizado de todas las actuaciones que llevó a cabo la Comisión durante los tres años que funcionó así como de las cientos de denuncias que recibió, muchas de ellas formuladas espontáneamente por ciudadanos argentinos, y que en este caso están ordenadas por provincias. El seguimiento de personas, sospechadas de nazis o involucradas en actividades “antiargentinas” de distinto tipo, es otra de las aristas de estos documentos, así como el registro de las numerosas actuaciones judiciales que se llevaron a cabo durante los años que funcionó la Comisión y que se originaron en solicitudes formuladas por esta.

Numerosas fotografías y publicaciones originales de la época también constituyen parte del material y visibilizan, de algún modo, el rompecabezas que tuvo que armar esta Comisión para constatar la existencia y actividad de grupos nazis dentro del territorio nacional en la década del 30 y principios de la del 40.

Todas las notas que la Comisión remitió a distintos organismos públicos y privados así como a reparticiones públicas de todo el país, solicitando informes sobre actividades que pudieran ser consideras “antiargentinas” o que dieran cuenta de la presencia de grupos nazis o de personas vinculadas a las distintas asociaciones que los aglutinaron también integran estos expedientes que custodia la Cámara de Diputados de la Nación.

El Frente Alemán del Trabajo, la Federación de Círculos Alemanes, la Unión Alemana de Gremios, la Unión Germánica, la Sociedad Alemana de Beneficencia, la Unión Nacionalista Argentina, el Centro Unión Alemán de Gremios y la propia embajada de Alemania en nuestro país son las instituciones sobre las que giran las actuaciones de la Comisión que le permitieron verificar los vínculos de la comunidad germana con grupos pro nazis. Prueba de ello es una carta fechada el 30 de junio de 1941, enviada por el ciudadano Rodríguez J. E. al Presidente de la Comisión, el Diputado Raúl Damonte Taborda, en la que se remiten los antecedentes de la migración “clandestina”, proveniente de distintos países de América del Sur y del resto del mundo y que da cuenta de la presencia en la Argentina de unos 50 mil nazis.

Un informe elaborado entre 1939 y 1942 por una delegación de la Gestapo en nuestro país, en donde consta un listado de individuos sospechados de ser nazis, pertenecientes a escuelas, asociaciones, clubes, uniones y gremios es otro de los numerosos registros que da cuenta de la información a la que accedió la Comisión, que le permitió trazar un mapa de la presencia de focos nazis en distintas zonas del país.

La nómina de las autoridades de entidades de corte nacional socialista en Capital Federal y la Provincia de Buenos Aires, así como los decretos y disposiciones relativos a la disolución de la Federación de Círculos Alemanes, fechados entre 1936 y 1939, son otros de los tantos documentos que integran los archivos de lo actuado por la Comisión. A estos se suman los datos sobre las autoridades e instituciones de la Unión Germánica, del año 1942; un pedido de la Comisión sobre el ingreso como socios alemanes del Reich en el Frente Alemán del Trabajo, de un período que abarca los años 1934 a 1941; una denuncia sobre actividades nazis dentro del Partido Demócrata Nacional, fechada el 29 de noviembre de 1941 también integran los archivos de la Comisión durante los años en que funcionó, relacionados todos con la indagación de grupos nazis.

Conformación de la Comisión

El Diputado socialista Enrique Dickman fue quien el 18 de mayo de 1938 presentó en la Cámara un proyecto de ley para crear una Comisión Especial que se encargara de investigar las actividades ilegales de organizaciones extranjeras. “El mal de la infiltración nazi-fascista ha adquirido extensión y profundidad. Su veneno es tan sutil y tan penetrante que muchos quedarán asombrados del estado actual del asunto en nuestro país”, advirtió Dickman al pleno al momento de presentar el proyecto.

Sin embargo, no fue hasta el 20 de junio de 1941, tras cientos de horas de debates entre los Diputados, que el proyecto fue aprobado y la Comisión constituida oficialmente. En esa ocasión fue electo Presidente de la Comisión, el Diputado Raúl Damonte Taborda, de la Unión Cívica Radical, e integrada por el también radical Silvano Santander y el socialista Juan Solari, entre otros legisladores.

Nazis en el Luna Park

El hecho que marca un hito en lo que respecta a la visibilización de la presencia nazi en el país se produce el 10 de abril de 1938, día en que se desarrolló en el estadio Luna Park un gran acto por el Día de la Unidad, convocado por la embajada alemana, al que concurrieron unos 20 mil nazis, según señalan publicaciones de la época. Este acto se produjo casi dos meses después de que Hitler proclamara el “Anschluss” o anexión de Austria al Reich Alemán. Tras este hecho, el 10 de abril, Hitler promueve un plebiscito que trasciende las fronteras de Alemania con el cual pretende conseguir respaldo a la medida recientemente tomada por su régimen. La embajada alemana pretendió celebrar el plebiscito en suelo argentino pero chocó contra la negativa del gobierno del Presidente Roberto M. Ortíz, quien había asumido su cargo el 20 de febrero de ese año. Ortíz tomó la decisión alertado por las publicaciones de medios nacionales, como el diario La Prensa, que había denunciado “la pretensión alemana de extraterritorialidad”.       

Al ver impedida la realización del plebiscito la embajada convoca al acto en el Luna Park, que es autorizado por el gobierno de Ortíz bajo estrictas medidas de seguridad. Al mitin asisten delegaciones austríacas y alemanas, ataviadas con la indumentaria nazi y portando banderas con cruces esvásticas y toda la iconografía en favor del Tercer Reich.

El propio encargado de negocios de la embajada, Erich Otto Meynen, fue el principal orador del acto en el cual se entonaron los himnos argentino, alemán y el del nacional socialismo y en una abierta muestra de su respaldo a la figura de Hitler, en el tramo final del mitin, los asistentes se pusieron de pie y la mayor parte realizó el saludo nazi con el brazo en alto.

Paralelamente, en las inmediaciones de la Plaza San Martín, la Federación Universitaria realizó una movilización en repudio al acto del Luna Park que no contó con la autorización del gobierno nacional. Al término del acto nazi se produjeron graves incidentes entre jóvenes de la Federación e integrantes de los grupos nazis que culminaron con 57 detenidos, dos muertos, banderas nazis quemadas y numerosas vidrieras rotas de locales que representaban a empresas alemanas.

Justamente fue este acto el que motivó que la presencia y actividad de grupos nazis, que ya llevaban varios años en la Argentina, comenzara a ser cuestionada por el gobierno de Ortíz y por representantes de otros sectores políticos, como el socialismo, que vieron la necesidad de que se empezaran a tomar medidas para indagar sobre la presencia de grupos nazi fascistas dentro del territorio nacional. Apenas un mes después del acto del Luna Park, el Diputado Dickman presenta el proyecto que plantea la conformación de una comisión que investigara las actividades “antiargentinas”. Por su parte, el Presidente Ortíz ordenó una investigación en torno a las asociaciones extranjeras existentes en el país. Es en este marco que a mediados de 1939 se constató el funcionamiento de 203 escuelas alemanas, financiadas con aportes privados y que transmitían la cultura nazi. Tras esto el Presidente resuelve reglamentar, por decreto, el funcionamiento de las asociaciones extranjeras. Además decretó la disolución del Partido Nacionalsocialista Alemán de la Argentina, que contaba para ese entonces, con casi 70 mil asociados, y decidió la expulsión de dos espías de la Gestapo.

El acorazado Graf Spee

Al año siguiente, más precisamente el 18 de diciembre de 1939, dos meses después de iniciada la Segunda Guerra Mundial, desembarca en el puerto de Buenos Aires una gran cantidad de tripulantes del acorazado alemán Admiral Graf Spee, que un día antes fue hundido por órdenes de su Comandante, Hans Langsdorff.

El acorazado alemán fue enviado al Atlántico Sur en las semanas previas al estallido de la Guerra para interceptar las líneas de los buques mercantes en el momento que se desencadenara el conflicto. Desde septiembre y en dos meses y medio, el corsario alemán hundió nueve barcos y el 13 de diciembre se enfrentó a tres cruceros británicos en la llamada batalla del Río de la Plata. El Graf Spee provocó graves daños a las naves británicas, pero quedó seriamente dañado y esto lo obligó a hacer escala en el puerto de Montevideo. Ante la imposibilidad de reparar el buque en el tiempo convenido con las autoridades uruguayas, su comandante decidió volarlo y tras esto echarlo a pique el 17 de diciembre. Dos días después, acostado sobre la bandera de batalla alemana y vestido con su uniforme de gala, Langsdorff decide suicidarse, pegándose un tiro en la cabeza. 

Tras el hundimiento del buque, más precisamente al día siguiente, gran parte de sus tripulantes desembarcan en la Dársena Norte del puerto de Buenos Aires desde donde son trasladados al Hotel de Inmigrantes y tan sólo un día después, por medio del decreto del Poder Ejecutivo N° 50. 286 se decide su internación en distintos lugares de la Argentina como Córdoba, Sierra de la Ventana, la Isla Martín García, Mendoza y Santa Fe.

El caso del Graf Spee es uno de los hechos históricos relevantes que figura entre los archivos de la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas. En diferentes cajas en donde se conservan los documentos aparecen distintas actuaciones de la Comisión referidas a sus ex tripulantes y a las actividades que estos desarrollaron durante los años posteriores a su llegada al país, relacionadas con grupos que apoyaban al Tercer Reich.

Las plantillas prontuariales de todos los tripulantes internados en la provincia de Santa Fe, en donde consta una división entre oficiales, suboficiales, mecánicos, electricistas y marineros, fechadas el año 1942, constituyen algunos de estos documentos. Se suma a estos un informe de la Comisión sobre este caso, fechado el 17 de septiembre de ese mismo año. Una nota remitida por Antonio Solari en donde informa a la Comisión acerca de las actividades totalitarias que se estaban verificando en la provincia de San Juan también es otro de los archivos sobre el Graf Spee. Puntualmente esta nota constituye una denuncia en contra de los marinos del acorazado alemán, a los que se acusa de protagonizar este tipo de actividades en reuniones celebradas en el Círculo Italiano y la Sociedad Española de San Juan. Otro documento, en este caso un legajo, sobre los internados por “mala conducta” en la Isla Martín García también engrosa la serie de archivos de la Comisión sobre los ex tripulantes del Graf Spee. Un índice de los internados, junto con otro índice de los detenidos por “tentativa de fuga”, y la plantilla prontuarial de los implicados completa este legajo que engrosa los documentos existentes sobre la tripulación del acorazado alemán.

Diarios y publicaciones pro nazis

Otro aspecto que se desprende de los archivos de lo actuado por la Comisión es el relativo a la existencia de diarios y publicaciones que funcionaron en la Argentina que fueron financiados por el Tercer Reich y que se dedicaron a difundir una mirada benigna acerca de Hitler y su régimen.

El diario vespertino El Pampero, que junto con otras publicaciones como el también matutino Crisol y la revista Clarinada, sostuvieron un apoyo editorial al nazismo, fue uno de los medios gráficos sobre los cuales la Comisión realizó una profunda investigación que incluyó el seguimiento de sus autoridades, puntualmente de Enrique P. Osés, su fundador y director desde el año 1944.

Según consta en los archivos que custodia la Cámara de Diputados la Comisión llevó a cabo un seguimiento de Osés así como un control de los movimientos financieros que este realizaba. Esto le permitió concluir que la publicación era financiada por la embajada alemana y por el propio Ministerio de Propaganda alemán. Osés también fue director de Crisol, otra publicación, creada en 1932, que fue investigada por la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas por su postura abiertamente favorable al nazismo desde que Hitler llega al poder. La Comisión llegó a concluir que Crisol también era financiada por el Ministerio de Propaganda de Hitler.

El matutino Bandera Argentina, creado en 1932 por Juan E. Carulla, fue otro de los medios gráficos que fue indagado por la Comisión debido a la amplia cobertura que le dio a todo el proceso político alemán desde el ascenso de Hitler al poder, que incluyó una serie de artículos en los que se elogió el proceso encabezado por el Führer. Sin embargo, la Comisión concluyó que El Pampero y Crisol fueron las publicaciones que se quedaron con el grueso del financiamiento del régimen alemán.

El Pampero fue demandado en numerosas ocasiones por difamación, calumnias, desacato y extorsión debido a artículos en los cuales no tuvo reparos en cumplir el rol de propagador del régimen nazi y por ello su director, en distintas épocas, debió ir a parar a la cárcel. Esto sin embargo no hizo que el diario modificara su línea editorial.

Los informes de la Comisión

Los Diarios de Sesiones de la Cámara de Diputados, fechados a partir del 5 de septiembre de 1941, dan cuenta de los seis informes que presentó la Comisión fruto de todo el trabajo que desarrolló desde su creación, según se señala en un artículo publicado en la Revista Libertas del Instituto Universitario ESEADE, denominado “El Nacionalsocialismo en la Argentina”. Cuatro de estos informes fueron presentados por la Comisión en 1941 y dos en 1942. El primero de estos informes describe la organización del Partido Nacional Socialista Alemán en la Argentina y demuestra cómo este siguió funcionando por medio de la Federación de Círculos Alemanes de Beneficencia y Cultura tras el decreto del Poder Ejecutivo del 15 de mayo de 1939 en el cual se ordenó su disolución.

En este informe se define al restaurante Gambrinus, ubicado en la localidad de Florida, como una “celula antiargentina en acción” y se cita como prueba de ello las fichas y carnets de afiliación, en donde figuraban las direcciones, los recibos de las contribuciones e incluso los organigramas que engrosaban ciudadanos con apellidos alemanes.

El segundo informe de la Comisión hace foco en la Cámara de Comercio Alemán y la señala como la encargada de recolectar fondos de sus empresas asociadas y del personal que integraba estas empresas. En opinión de la Comisión estos fondos constituyeron “dinero para agraviar al país”.

El tercer informe es una radiografía acerca del aparato propagandístico del nacional socialismo en la Argentina, que funcionó, según la Comisión, a través de la agencia de noticias Transocean, cuyo director fue Emilio Tjarks, propietario además del diario Deutsche la Plata Seitung. En su informe la Comisión demuestra que tanto la publicidad como todo lo vinculado con la propaganda del nacional socialismo eran dirigidas por los organismos centrales de Alemania, que estaban bajo la supervisión del Ministerio de Propaganda del Tercer Reich y del Ministerio del Exterior alemán.  

El vespertino El Pampero, que mencionamos anteriormente, forma parte de este informe de la Comisión. Concretamente el informe señala que la publicación dirigida por Enrique Osés fue financiada por la Oficina de Fomento del Comercio Alemán y que El Pampero utilizaba el servicio de la agencia de noticias Transocean sin pagar por este.

El cuarto informe tiene como tema central el sistema escolar alemán en nuestro país. En este sentido los miembros de la Comisión trataron de probar que en las más de 200 escuelas alemanas que funcionaban en el territorio nacional a fines de la década del 30 existía una subordinación a las órdenes impartidas desde Alemania. Según la Comisión esto alcanzaba a la formación de maestros y al contenido de los textos que eran usados en las aulas de estos establecimientos educativos. En este sentido, el informe sostiene que pese al decreto 4017-470 del Poder Ejecutivo, del 9 de mayo de 1938, sobre enseñanza en las escuelas extranjeras, a partir del cual se suprimieron todos los símbolos nacional socialistas, como las banderas y los brazaletes con la cruz esvástica y los textos con mensajes y discursos de Hitler, las escuelas alemanas que funcionaban en el país seguían sometidas a los designios del régimen del Tercer Reich.

El quinto informe, que concluyó el 30 de noviembre de 1941 pero que la Comisión hizo público en el mes de mayo de 1942, se centra en la investigación que esta llevó a cabo en torno a las actividades del Frente Alemán del Trabajo en la Argentina. En el informe se detallan las características, los fines y la forma en que esta organización se movía dentro de la comunidad germana y en lo que respecta a las actividades sindicales a nivel nacional.

En la época en que la Comisión estuvo en pleno funcionamiento el Frente Alemán del Trabajo actuaba en la Argentina bajo el nombre de Unión Alemana de Gremios.

En este marco la Comisión investigó a distintos sindicatos argentinos como la Asociación Bancaria, la Unión Obrera Textil, El Sindicato Obrero de la Industria Metalúrgica y la Federación Obrera Nacional de la Construcción. Según consta en los Diarios de Sesiones de la Cámara la Comisión llegó a concluir que los trabajadores alemanes que se desempeñaban en empresas germanas se vieron obligados a contribuir con las “campañas de invierno”, que consistieron en campañas masivas de fondos que se desarrollaron en Alemania en los meses previos al invierno, que tenían por objeto ayudar a los sectores más pobres de ese país a enfrentar la época más fría del año. 

Los talleres Klökner y Geope Siemens Bauunion son dos empresas alemanas radicadas en el país que son citadas en el informe de la Comisión, a las cuales se acusa de haber aplicado retenciones a todos los trabajadores, sin distinción de nacionalidad, para aportar fondos a la “campaña de invierno” en abierta infracción a la Ley 11.7281 que prohibía expresamente las deducciones, retenciones o compensaciones que significaran de algún modo una rebaja a los salarios o sueldos de los trabajadores.

El sexto informe de la Comisión, presentado el 2 y 3 de septiembre de 1942, vuelve a referirse a la presencia de la ideología nazi en la enseñanza en escuelas argentinas. Puntualmente el informe, según consta en los Diarios de Sesiones de la Cámara, realiza una descripción de las características de la educación en un régimen nacionalsocialista; la ciencia nazificada, el arte nazificado, la exaltación del espíritu guerrero, la enseñanza militar de la juventud hitleriana; el papel de la mujer en una sociedad de este tipo, así como también las relaciones entre los sexos y la educación sexual. El informe se refiere, asimismo, a la importancia que esta ideología le otorga a la teoría “del suelo y de la raza”, como de su política racial en general. Igualmente, la Comisión alude a la escuela fascista en Italia, y llega a la conclusión de que a partir de los enunciados teóricos y la práctica de la educación nacionalsocialista “[...] La posición del nazismo es de irreductible oposición a todo cuanto signifique ideas o nociones democráticas, liberales y humanísticas”. 

Según el informe de la Comisión la influencia nazi en la enseñanza en establecimientos educativos del país empezó a ser fiscalizada por el Consejo Nacional de Educación a partir de las denuncias que se realizaron a través de la prensa y por medio de legisladores y funcionarios del gobierno. Esta fiscalización derivó en la clausura de cuatro escuelas: tres de la provincia de Misiones y una de La Pampa. Igualmente la Goethe Schule, que funcionaba en la Capital Federal, fue clausurada el 20 de septiembre de 1941 pero reabierta en febrero de 1942.

Consecuencias

Luego de dar por terminado su trabajo de investigación para probar la presencia y actividad de grupos partidarios del Tercer Reich en el país la Comisión entregó los resultados de sus indagaciones a la Justicia argentina y encontró en un juez de apellido Vázquez una buena recepción. Este magistrado dictó prisión preventiva contra 36 jefes pertenecientes a diferentes asociaciones alemanas que funcionaban en el país. Este proceso judicial, que provocó que los inculpados fueran liberados y retornaran a prisión varias veces, prosiguió hasta el mes de noviembre de 1943, fecha en la cual fueron declarados inocentes. Dentro de la colectividad alemana este proceso judicial fue visto como parte de una campaña contra la comunidad germana en la Argentina. De hecho, el propio embajador alemán, Edmund Von Thermann, presentó una nota al Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, Enrique Ruiz Guiñazú, en la que expresó una formal protesta del gobierno de su país por el proceso judicial abierto a los ciudadanos alemanes, pero la respuesta del funcionario argentino fue que este era un problema que estaba en manos de la Justicia.

Tras la renuncia del Presidente Ortíz, el 27 de junio de 1942, por motivos de salud, asume la Presidencia del país Ramón S. Castillo. A partir de este hecho la Comisión comienza a perder poder. Una de las medidas que toma el nuevo Presidente fue no permitirle que siguiera usando a la Policía para realizar allanamientos. La suerte de la Comisión se termina de sellar con el golpe de Estado militar ocurrido el 4 de junio de 1943 que derrocó a Castillo a partir del cual se inició una época benévola para los partidarios del Tercer Reich en el país. Desde ese momento la existencia y el trabajo de la Comisión ya no fue visto con buenos ojos por el gobierno nacional y por esa razón se dio por terminado.

Un hecho que no se puede desconocer es que antes y después de la existencia de la Comisión Especial Investigadora de Actividades Antiargentinas en la Cámara de Diputados la resistencia a la presencia y actividades de partidarios del nazismo en el país fue llevada adelante por la gran prensa nacional. Los diarios de mayor tirada como La Nación, La Prensa y Crítica se venían ocupando de este tema mucho antes de la conformación de la Comisión y sus publicaciones fueron las que alertaron a las autoridades nacionales que posteriormente consideraron necesario investigar formalmente a los grupos nazis que actuaban en la Argentina. Tras la disolución de la Comisión siguió siendo la prensa la que se encargó de denunciar el accionar de estos grupos partidarios de Hitler y su régimen. 

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