Participa de la sesión el Ministro de Relaciones Exteriores, Norberto Quirno Costa. Inicia en el uso de la palabra el Diputado Estrada quien manifiesta su preocupación por el notorio hecho de que Chile se está equipando militarmente y desea preguntar al Ministro sobre la demarcación de límites y si existe la posibilidad de que la República Argentina quede con puertos del lado del Pacífico, teniendo en cuenta las declaraciones chilenas que “mirarían esto, si así sucediera, como un acto bellis”, Por último, quiere saber si en caso de guerra la Argentina está preparada.
Zeballos, miembro informante de la Comisión de Negocios Constitucionales, deja la respuesta en competencia del Ministro, pero aclara que según el Tratado “Irigoyen” de 1881, que establece la delimitación a partir de las altas cumbres, parte del archipiélago chileno quedará del lado argentino, en cambio si la delimitación se basa en el “divortium aquarium” (divisoria de aguas) se “dará a Chile territorios que corresponden a las provincias argentinas o a gobernaciones del Sur”. Menciona que la delimitación por altas cumbres la realiza el almirantazgo inglés y que este nos dará puertos en el Pacífico, así que la única solución al litigio será, o bien que Argentina ceda parte de su territorio o ir a la guerra.
Luego menciona que Chile tiene “un gran problema” con el Perú por los territorios que se anexaron después de la guerra y que se prepara militarmente para resolver esa cuestión. Que para eso le conviene la neutralidad de las otras potencias americanas. Por último, solicita la aprobación de un proyecto “que hace anterior referencia a esta acta” y hace notar que el trabajo de delimitación llevará muchos años y que “ganar tiempo en esta cuestión es ganar la cuestión misma”.
El Ministro contesta que las declaraciones que Estrada atribuye al Gobierno chileno, “no existieron jamás”. Asegura que la Argentina está preparada en caso de guerra.
Mansilla opina que ya “se tienen por límites la división de las aguas”, que no tenemos puertos en el Pacífico y que en el caso “de que esto resultara deberíamos ser honrados y regalarlos a Chile”. Lo justifica por la distancia en que se encontrarían y los costos de mantenimiento.
Luego de una réplica de Zeballos a Mansilla, Estrada manifiesta que el Ministro “había extendido el secreto de un asunto diplomático a un asunto puramente administrativo” y que no tenía nada que agregar.