RESUMEN:
Sosa escribe a Sinforiano Alcorta al que califica de “querido padrino y amigo”, para informarle de la finalización de las conferencias sobre límites. Dice que “nuestras cuestiones quedaron felizmente terminadas de una manera honrosa para su país y el mío” que el resultado tiene para el Paraguay el sentido de resguardar su independencia. Asegura que “la gloriosa bandera de San Martín y Belgrano seguirá siempre (…) y por siempre flameando allí donde está”. Afirma que el Gobierno Paraguayo aprobará el tratado pero como este “infelizmente no tiene acción propia” y como “el tratado pudiese no agradar o convenir mucho a aquellos que disponen de su acción o voluntad” (se refiere al Imperio del Brasil) lo culparán a él y por tal motivo le pide que saque del Paraguay a su suegra e hijitos para evitar que estos sean asesinados por los hombres de Gill, y sean llevado a “Villa Occidental”.