Ramón Gil Navarro nace en la provincia de Catamarca el 17 de enero de 1828, fueron sus padres Ramón Gil Navarro de Velazco y Rosa Ortiz de Ocampo. Realiza sus estudios en el Colegio de los Franciscanos, en Catamarca y se especializa en teología, filosofía y letras. En 1843 su padre debe emigrar a la vecina república de Chile, debida a la persecución de que fue víctima por ser opositor al gobernador rosista Santos Nieva y Castilla. En 1845 Ramón Gil viaja con su madre a reencontrarse con su padre y hermanos radicados en Chile. En la ciudad de Concepción se relaciona con la comunidad de emigrados políticos. En los inicios de la década de 1850 se dirige a california atraído por la fiebre del oro. Trabaja durante dos años y gracias al fruto de su labor adquiere un barco con el que regresa a Valparaíso en 1852. En esta ciudad inicia su larga trayectoria periodística escribiendo para el periódico “El Mercurio”. Escribió relatos de su estadía en California y abundante bibliografía sobre personalidades destacadas de su país y acerca de su provincia natal y sus riquezas. Luego de la batalla de Caseros (1852) regreso a su país donde se incorpora a la vida política de su provincia natal. En 1855 es designado diputado nacional por Catamarca, representado a esta provincia en el Congreso reunido en la ciudad de Paraná. Durante mandato establece una buena relación con el presidente Justo J. de Urquiza (1852 -1858) y con Santiago Derqui, su ministro. Hacia mediados de la década de 1850 el presidente Urquiza lo comisiona para mediar en un conflicto entre las provincias de San Juan, Catamarca y La Rioja. Se establece en esta última, donde desempeña el cargo de Ministro de Gobierno durante la gestión M. V. Bustos. Luego de promover el periodismo en La Rioja, se dirige a la provincia de Córdoba (1860) donde establecerá su nueva residencia. En 1862, durante las campañas del ejército nacional que envía el presidente Mitre para reprimir las rebeliones provinciales contra el centralismo porteño, Navarro tiene un intercambio con el general Arredondo y este último lo encarcelo. Recuperada la libertad, continúo dedicándose con esmero a la labor periodística, fundando numerosas publicaciones. Fue muy crítico con el régimen del mariscal paraguayo Gaspar Rodríguez de Francia. Hacia fines de la década de 1860, siendo director del periódico “El Progreso”, su publicación fue víctima de un atentado con claras intenciones políticas. En 1880, cumpliendo mandato como diputado nacional por Córdoba (1878-1882) brindo su apoyo al presidente Nicolás Avellaneda (1874 – 1880) trasladándose, con la mayoría del congreso a la localidad de Belgrano, debido a la rebelión porteña conducida por el gobernador Carlos Tejedor. Falleció en la ciudad de Buenos Aires. Mientras cumplía funciones como Senador Nacional por Córdoba, el 26 de Julio de 1883.