Zenón J. Santillán nace en Tucumán, el 3 de septiembre de 1849. Cursa sus estudios primarios y secundarios en su ciudad de origen. Desde muy joven trabaja sobre tres vertientes, la actividad rural, el periodismo y la política. En 1875 es nombrado presidente de la Asociación Literaria. Cinco años después es designado para reclutar hombres para la Guardias Nacionales. Acompaña la candidatura de Juan Bautista Alberdi para diputado por su provincia, en 1878. Silvano Bores, gobernador de Tucumán lo nombra Ministro de Gobierno en 1890, tras la Revolución del Parque, en concomitancia con la renuncia del presidente Juárez Célman, Bores renuncia con una carta que es redactada por Santillán. En 1895 ejerce el cargo de Jefe del segundo regimiento de la Guardia Nacional. Cabe aclarar que en forma ininterrumpida ocupa una banca en la Legislatura Provincial. Entre los cargos de que desempeña, podemos mencionar: inspector de escuelas; concejal; presidente del Concejo Deliberante, e Intendente municipal de San Miguel de Tucumán por tres períodos entre 1896 y 1901. De su gestión de gobierno se destaca la construcción del Hospital de Mujeres San Miguel, “Hasta entonces sólo existía el Hospital Mixto "Nuestra Señora de las Mercedes" (hoy "Angel C. Padilla") inaugurado en 1882. En mayo de 1900, Santillán fue reelegido intendente municipal por tercera vez. Dos meses más tarde se enorgullecía de inaugurar el Hospital "San Miguel", en un concurrido acto que se efectuó el 9 de julio”. (Páez de la Torre, Carlos, La Gaceta, 2011) En la actualidad el hospital lleva su nombre. Realiza muchas obras de infraestructura para esta Capital sobre todo de pavimentación, de tratamiento del agua y parquizado de plazas. En su segundo período como diputado presenta un proyecto de ley de ampliación de la ley 4301, para la construcción de un puente sobre el río Dulce para el tránsito del Ferrocarril Norte, otros vehículos y peatones. Luego de ser diputado ocupa una banca como senador nacional (1902-1904); presidente del Banco de la provincia (1904) y constituyente (1907). En cuanto al periodismo, funda y dirige el diario “Gil Blas”, escribe además en “El Norte”, “Tucumán Literario”, entre otros. Publica una novela de corte costumbrista llamada “Clamores de un cañero” que se publicó en forma de folletín en el diario “La Provincia”. Víctima de una fiebre tifoidea, muere el 3 de agosto de 1910, a los 60 años de edad.