Emilio Conesa nace en Buenos Aires, el 26 de mayo de 1823. Hijo de José Antonio Conesa y de Eustaquia de Casas, ambos emigrados españoles durante la guerra civil. A los 17 años ingresa en el ejército comandado por Lavalle, participando de varias de las batallas contra los ejércitos rosistas. Tras varias derrotas, Conesa debe exiliarse primero en Chile, y luego con la numerosa colonia de inmigrantes residentes en Montevideo. Al producirse el pronunciamiento de Urquiza se alista en sus filas, participando en la Batalla de Caseros. Fracturada la unión entre las fuerzas federales de Urquiza y los porteños, Conesa participa en la defensa de la ciudad ante los intentos de la Confederación por reincorporarla. Durante los años 1857 y 1858 se traslada a la frontera sur de la provincia de Buenos Aires, para hacer frente a los malones de indios. En 1859, participa de la Batalla de Cepeda. Luego de la Batalla de Pavón, se incorpora al Congreso Nacional como diputado por su provincia. Su experiencia como militar es requerida nuevamente para defender la frontera norte de Santa Fe para hacer frente a los pueblos originarios del Chaco. Durante la Guerra del Paraguay, Conesa participa en las batallas iniciales de Paso de la Patria y Boquerón, para luego volcarse a la represión de los alzamientos producidos en el interior del país contra el gobierno nacional. Colabora en el aplastamiento de un pronunciamiento en Córdoba en 1867, y participa de una revolución en la provincia de Santa Fe un año después, que depone al federal Nicasio Oroño. Hacia 1870 reaparece un foco revolucionario en Entre Ríos conducido por Ricardo López Jordán. El Gral. Urquiza, considerado traidor por algunos de sus antiguos colaboradores, es asesinado en su palacio de San José por un grupo armado. López Jordán es nombrado gobernador de la provincia por la Legislatura y rápidamente debe enfrentarse a las fuerzas nacionales conducidas por Conesa, quien logra vencer a los federales entrerrianos. De regreso en Buenos Aires, ocupa nuevamente una banca como diputado nacional. Su agitada vida militar y las numerosas heridas recibidas hicieron que envejeciera a temprana edad. Muere a los 50 años de edad, el 3 de septiembre de 1873.