Pedro Alcorta nace en la ciudad de Santiago del Estero, en 1825. Hijo de Manuel Alcorta, político unitario, gobernador de la misma provincia en 1830. Durante sus primeros años aprende el oficio de comerciante, administrador de estancias y de diversos emprendimientos rurales. Como la mayoría de los miembros de la élite dirigente de las capitales provinciales, pertenece a una familia que posee grandes extensiones de tierra, que esta interrelacionada por intereses políticos y económicos con otras familias tradicionales, no solo de su provincia sino en toda la región noroeste del país. Hacia 1851, tras la muerte del caudillo provincial Felipe Ibarra, los hermanos Manuel y Antonino Taboada toman el poder y conducen el destino de esta provincia, poniendo y deponiendo gobernadores, legislaturas y todo tipo de autoridades. En 1859, por influencia de los Taboada, es electo gobernador Pedro Ramón Alcorta, a quien se considera leal al clan dominante. No obstante, el nuevo gobernador sorprende a los caudillos y logra gobernar sin el influjo de éstos. Como primer acto de independencia, se niega a nombrar su ministro de gobierno, cargo crucial en el esquema político local, relacionado a uno de los hermanos. Sin embargo, debe renunciar a su cargo al año siguiente, tras intentar resistir inútilmente el ataque de los Taboada, quienes contaban con la lealtad incondicional de gran número de jefes de la tropa provincial. Exiliado en la provincia de Córdoba, busca el apoyo del presidente Derqui, quien decreta la intervención federal. Luego de la Batalla de Pavón, los hermanos Taboada manifiestan su lealtad al nuevo partido dominante. Alcorta decide volver a la provincia, para instalarse en una de sus propiedades fuera de la capital provincial. En 1875, Pedro Alcorta apoya la revolución producida en Santiago del Estero que logra deponer al gobernador Ibarra y obliga al histórico caudillo Antonino Taboada a huir de la provincia. Finalmente el presidente de la nación, Nicolás Avellaneda, inclina la situación provincial a su favor y en reconocimiento Alcorta logra ocupar una banca de diputado nacional. En sus últimos años decide vivir en la ciudad de Buenos Aires. Apoya fuertemente la causa católica en el marco de las reformas laicistas que venían prosperando en coincidencia con el pensamiento liberal. Muere en la ciudad de Rosario, en 1880.