RESUMEN:
Leen el acta de la sesión anterior.
Leen una nota del Senado remitiendo un proyecto de ley para declarar que la Nación Argentina no reconoce ningún acto de soberanía exterior ni interior (que afecte la propiedad nacional o al crédito de la Republica) del Gobierno de Buenos Aires. Por estar muy ocupada la comisión de Legislación el Presidente la manda a la de Hacienda.
Leen una nota del Senado informando de la aprobación de los decretos del Poder Ejecutivo referidos a la construcción del nuevo camino de Rosario a Córdoba, a excepción del artículo 2. La pasan a la comisión de Guerra.
Ingresa el Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública. Leen dictamen de la comisión de Justicia, Culto e Instrucción Pública recomiendo un crédito suplementario para financiar el déficit en el presupuesto del Colegio Uruguay. Araoz solicita explicaciones al Ministro y al miembro informante, aunque aclara que considera que ninguna cifra le parece grande para satisfacer la "educación de la juventud argentina".
El Ministro explica que el presupuesto del año anterior es suficiente porque se duplicó el alumnado. Votan y aprueban.
Se retira el ministro y pasan a un cuarto intermedio.
Vuelven los diputados junto con el Ministro del Interior.
Tratan el proyecto de ley que autoriza la protesta sobre todo acto del Gobierno de Buenos Aires, no reconociéndole soberanía.
Araoz, informante, recomienda la adopción del proyecto porque es una demostración de la voluntad de la Confederación en preservar los vínculos de "paternidad" con Buenos Aires. Pardo y Laspiur se retiran del recinto.
Para González, Calixto la medida solo "tiene por objeto conservar la integridad Nacional". Espera "que mis honorables colegas la sancionaran por aclamación".
Quesada lamenta tener que tomar la palabra y expone argumentos en contra del proyecto de ley: es inconducente protestar contra algo que aun no ocurrió, que el Gobierno de Buenos Aires no ejerce la soberanía exterior, ni tiene voluntad de hacerlo, que los gobiernos de las potencias extranjeras expulsaron a sus representantes diplomáticos y solo reconocen a la Confederación. No cree que Buenos Aires busque separarse de la Argentina y esta medida daña los vínculos y exacerba los rencores. Continua criticando por injusta la disposición que le niega a Buenos Aires el derecho de enajenar la tierra pública, porque ese trato no se le da a ninguna otra de las Provincias. De negársele la posibilidad de vender las tierras, se vería imposibilitado Buenos Aires de sostener los soldados dejando desguarnecidas las fronteras frente a los bárbaros. Otra objeción es la protesta a los créditos exteriores, ejemplifica con el empréstito contraído a los ingleses y dice que de negársele a Buenos Aires la capacidad de procurarse el dinero para pagar la deuda la Confederación tendrá que hacerse cargo de ella. Concluye preocupado por las consecuencias que podría tener esta medida.
El Ministro contesta a las objeciones diciendo que solo es soberano el Gobierno Nacional, y que este no puede renunciar a su ejercicio. Buenos Aires está estableciendo consulados en todos los puertos importantes intentando crearse una "representación independiente", se está apropiando de tierras de la confederación, estableciendo fronteras que avanzan sobre territorio de otras provincias. El Gobierno tiene una política de moderación, pero no puede tolerar que se mine su soberanía. Votan y aprueban el proyecto en general y en particular sin modificaciones.
Leen una nota del Senado informando que han suspendido las partidas asignadas al presupuesto de la sección de correos hasta tanto no se sancione la ley de creación de la Inspección General de Correos.